Yo

Yo
YO, tu hija no deseada sólo necesaria. "SALIRSE DEL CLOSET" es la frase que define a los homosexuales que al fin se atreven a alcanzar su libertad, declarándose ante el mundo en toda la dimensión de su orientación sexual. Durante años se consideraron una "minoría excluída" de la sociedad, por eso aceptaban matrimonios bizarros, como el que le ofreció mi padre a mi enamoradísima madre, quien en el tránsito de sus 11 meses de casada y 8 de mi embarazo, al saber la verdad, optó por morir en mi parto de forma "heróica", y quedé yo...a quien mi padre nunca quiso y a los 4 años abandonó sin volver nunca a saber de mi, pues no está en la esencia del gay tener un hijo de su simiente, si montar el show como el de Ricky Martin a través de vientres alquilados o adopciones entre cámaras y noticias de la "prensa rosa". Hablo en nombre de esos hijos, que sin pedir venir al mundo nos trajeron como objetos utilitarios hasta que nuestros padres decidieran sus vidas, y una vez hecho, nos quedamos abandonados a nuestra suerte, sin familia, calor de hogar ni nada a lo que tiene derecho un ser humano, más aún un niño. Fuimos "COSAS" de desecho. Por éso en este blog denuncio que la verdadera MINORIA EXCLUIDA Y CONDENADA A NO TENER NINGUN DERECHO AL CUIDADO Y ATENCIÓN, POR UNA SOCIEDAD HEDONISTA Y SIN AMOR, SOMOS NOSOTROS, no nuestros padres que ya están aceptados por la sociedad y formaron su propio movimiento social con todas sus garantías, deberes y derechos. Como adulta confieso ¿con qué derecho mi padre me condenó a llevar en mi corazón y alma heridas que nunca han sanado por completo? Reflexionen y piensen dónde está la verdad de toda esta farsa.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

NUNCA HE SIDO HOMOFÓBICA...UNA DE LAS PRUEBAS ES QUE ARMANDO ROJAS GUARDIA ES UNO DE MIS POETAS VENEZOLANOS PREFERIDOS...EL BLOG OBEDECE A MI DESEO DE DENUNCIAR EL DAÑO QUE UN HOMOSEXUAL HACE AL TENER UN HIJ@ QUE NO QUIERE Y LUEGO ABANDONARLO, COMO ES MI CASO.

Nació en Caracas, Venezuela, en 1949, hijo del poeta caraqueño Pablo Rojas Guardia (1909-1978) y Mercedes Álvarez Gómez (1919-1973); durante los primeros siete años de vida se residenció en Praga, Haití y Nicaragua como consecuencia de los cargos diplomáticos de su padre. En su juventud vivió en Bogotá, en Friburgo (Suiza) y en Solenriname (Nicaragua), con Ernesto Cardenal. Posteriormente su vida ha transcurrido entre Caracas- Méridayha estudiado con profusión la filosofía; ha pasado días de pasión y noches de insomnio donde procedió a la relectura estudiosa de textos fundamentales de San Juan de la Cruz, Santa Teresa, Góngora, Eliot, Blanchot, Bernanos, Deleuze, Barriles, Borges, Huxiey, Ritke, Joyce, Nietzsche, Maquiavelo, Kant, Pessoa, Faulkner, Kafka, Rimbaud, Milton, Blake, Sade, Jüng, Bataille, Pavese, Dante, Ricoeur, Camus, Lezama Lima, Octavio Paz, Cadenas.

Armando Rojas Guardia: “Los académicos me eligieron con mis marginalidades”

«El Dios de la intemperie» (1985) ahora se publica en la colección Otero Ediciones de Libros El Nacional | Foto WILLIAM DUMONT
«El Dios de la intemperie» (1985) ahora se publica en la colección Otero Ediciones de Libros El Nacional | Foto WILLIAM DUMONT
El poeta, recientemente electo Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua, rechaza cualquier tipo de extremismo religioso y vínculo entre el Evangelio y la homofobia

La sorpresa de Armando Rojas Guardia es genuina. No es un lugar común cuando dice que se sintió extrañado cuando fue elegido como Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua. “Siempre he sido radicalmente antiacadémico. Ellos tenían que saber que soy un escritor que ostenta cuatro marginalidades”, afirma.
Se refiere en principio a ser un poeta en un país que considera gobernado por lo que llama la entronización de la mercancía. “Es así en todo Occidente. El poeta es lo que en Venezuela se llama un limpio, no produce dividendos”.
En segundo lugar está ser cristiano en un contexto en el que las élites intelectuales son laicas y laicistas. “Para ellos es inconcebible que se pueda ser un genuino artista moderno y católico”. Las otras son ser homosexual en una nación “falocrática y machista” y haber sido un paciente psiquiátrico.
“Los académicos me eligieron con mis marginalidades. Eso habla muy bien del aire mental en ellos”, afirma Rojas Guardia, quien ocupará el sillón de Carlos Pacheco, fallecido en marzo.
Cita a su amigo Rafael Castillo Zapata y la interpretación que este hace sobre las disertaciones de Martin Heidegger del verso “Poéticamente habita el hombre” de Friedrich Hölderlin. “Rafael dice que el poema busca propiciar un orden justo en el mundo y la vida social. En el poema está implícita la noción de justicia. Busca crear un orden verbal que sea una invitación a un orden social”.
¿Y no ocurre lo contrario? Claro, afirma Rojas Guardia. Asegura que en una sociedad se utiliza el prestigio que pueda tener un poeta con otros fines. “Venezuela ama lo espectacular, adora la pantalla publicitaria. Lo maravilloso de Rafael Cadenas es ese silencio que rodea su personalidad y obra. Es un silencio casi monástico más expresivo que cualquier denuncia explícita. Es insobornable”, indica el autor, quien el domingo presentará la reedición de 
El Dios de la intemperie (1985), que ahora se publica en la colección Otero Ediciones de Libros de El Nacional.
“Es mi obra más conocida y emblemática. La publico íntegra, solo con dos pequeñas correcciones que se escaparon en la primera edición”, afirma.
El cristianismo. Su creencia en Jesucristo es fundamental. Reitera lo que hace 25 años dijo ante el mismo planteamiento: “No hay en mi existencia pasión filosófica, literaria o sensual mayor que la de ser cristiano”.
Rojas Guardia es un hombre de oración que intenta ser ajeno a fanatismos. “El cristianismo por su misma naturaleza está en contra del fanatismo. Jesús nos convoca a amar incluso al enemigo, a pesar de que la Iglesia Católica se ha caracterizado por el dogmatismo. La auténtica experiencia del Evangelio es radicalmente contraria al fanatismo”, responde cuando se le pregunta por los recientes ataques terroristas en París.
Además, recuerda que en la Biblia no hay ningún versículo homofóbico, aunque reconoce que hay tres pasajes que pueden ser usados con tal fin, uno de ellos es el de Sodoma y Gomorra. “Todos los biblistas están de acuerdo en que ese episodio simbólico obedeció a la falta de hospitalidad de los habitantes. El segundo es del Levítico, donde se dice que es abominación si un hombre se acuesta con otro, pero toda la exégesis afirma que era tan abominable en ese tiempo cortarse la barba, comer mariscos o cerdo”.
El tercer pasaje está en la carta de San Pablo a los romanos. “Hay una crítica a las relaciones homosexuales, pero hoy se está de acuerdo en que San Pablo no conocía la noción de homosexualidad que tenemos desde el siglo XIX. Para él se hacían por curiosidad morbosa. Para él no existía como orientación erótica y afectiva”, acota el poeta, uno de los entrevistados en el documental Ti@s de John Petrizzelli.

Armando Rojas Guardia y la intemperie

Lograr desde el respeto y la diferencia, transitar los mismos espacios sin atropellar a los demás

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ALIRIO PÉREZ LO PRESTI |  EL UNIVERSAL
lunes 1 de diciembre de 2014  12:00 AM
En el recientemente realizado Congreso Venezolano de Psiquiatría desarrollado en la ciudad de Caracas los días 13, 14 y 15 del mes de noviembre, tuve el privilegio de dictar la conferencia: "Armando Rojas Guardia. El dios de la intemperie". El interés por este escritor venezolano por parte de una comunidad científica surge de una larga relación entre psiquis y filosofía, lo cual en Rojas Guardia va más allá, por el hecho de que hay algunos elementos inherentes a la ¿transgresión?, que están presentes en su obra. 

Existen tres condiciones (entre otras) que destacan en el texto El dios de la intemperie, las cuales nos llevan a concluir que su obra y su persona se encuentran ligadas intrínsecamente con la labor de la psiquiatría que razona y propende a dar frutos. Estos tres elementos se hallan vinculados con lo que pudiésemos llamar la condición "marginal" (y marginada) universal del ser humano.

El primero es la enfermedad mental, percibida como condición que ubica al individuo en un plano que induce temor a "los otros". Mezcla de miedo y compasión, que de no ser por las habilidades intelectuales o el poder económico de quien presenta una condición psicopatológica, estaría condenado al ostracismo inherente a lo sociocultural. No es la visión expuesta por Foucault en la Historia de la locura en la época clásica. Se trata de un escritor que le dedica su libro a su psiquiatra tratante, quien no sólo es un "personaje", sino que existe una genuina amabilidad de Rojas por quien es un terapeuta reconocido con quien ha vivido la experiencia del "acompasamiento" inherente al acto médico. Contrario a muchos textos antipsiquiatras, en esta obra Rojas muestra gentileza por el oficio de los terapeutas, siendo notable el valor y respeto que les adjudica.

Lo segundo que plantea Rojas Guardia es la condición homosexual. Elemento que sigue siendo de marginación social que ubica al individuo en un plano muchas veces de carácter paralelo que le impide el mantener vínculos en común con los pares. Debemos sacar cuentas en este punto. Sólo una minoría de la actual civilización tiene aceptación genuina por la homosexualidad. El no rechazo o repudio a la misma sólo ocurre en algunas sociedades (predominantemente las que conocemos como occidentales). Lo homosexual como elemento marginal que hace del individuo un ser que todavía es visto como diferente y casi contracultural en muchas latitudes.

Lo tercero es la condición de "poeta", la cual es una elaboración de carácter artístico ajena a la comercialización y al "marketing", ubicando a quien cultiva el lirismo en una posición singular, propia de seres ¿incomprendidos?, a quienes la sociedad ubica al margen, en parte por insensible, por considerarlos inútiles, pero por encima de todo porque vivimos en una comunidad básicamente ágrafa, en donde la ignorancia es casi una norma, o peor aún, un elemento necesario para el "triunfo". 

Rojas Guardia es un gran poeta y ensayista. Su obra marcha como un espejo que nos permite intentar entender elementos propios del enmarañado siglo que corre. Es un talentoso hombre de ideas que se encuentra entre nosotros, produciendo un legado de gran valor para esta y futuras generaciones. El dios de la intemperie es un ensayo publicado por primera vez en el año 1985 reeditado por la ULA a través del destacado médico humanista Osman Gómez en 2003, existiendo ediciones más recientes. 

Obra de profundo contenido filosófico, enraizada con lo más pedestre del espíritu humano. En una muestra de erudición propia de un hombre culto, Rojas muestra su profundo conocimiento filosófico expuesto de manera sencilla, lo cual es relevante, ya que con frecuencia el ensayo que induce a pensar, puede resultar de difícil lectura. En Rojas el libro se lee de un solo tirón, característica que tienen las obras escritas con pulcritud. Si un elemento consiente el anclaje que deriva en otras ideas, es el sustrato de carácter nietzscheano que posee el libro. Nietzsche para entender elementos inherentes a la moral, pero particularmente la exaltación de la obra del filósofo alemán que teje un hilo conductor que determina el ensayo. La idea de Dios, propia a una cultura de la cual formamos parte, con sus atavismos, primitivismos y desatinos. La genealogía de la moral que puede ser convincente y dar estructura, o puede conducir al individuo al nihilismo y lo tormentoso.

La lectura de Rojas Guardia, con su estilo afable y su límpida prosa, es asidero para cultivar visiones que nos permitan desarrollar sosiego y tratar de buscar luces en un siglo complejo. Escritor del siglo XX con proyección inseparable al corazón del siglo XXI, El dios de la intemperie seguirá dando que hablar (y pensar) en un país que desde hace rato pareciera necesitar con urgencia de mayores referentes intelectuales para encontrarse consigo mismo. Para lograr desde el respeto y la diferencia, transitar los mismos espacios sin atropellar a los demás.

@perezlopresti

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